En semanas anteriores hemos enumerado en este blog cuales eran las piezas de mobiliario indispensables en distintos espacios de la oficina. En esta semana y las siguientes vamos a tratar, de forma pormenorizada, qué características deben tener cada una de ellas, empezando por las mesas o escritorios para oficina.

Como ya dijimos, el escritorio es sin duda una de las partes mas importantes de una oficina. Es en el escritorio donde pasamos la mayor parte de nuestra jornada laboral y donde realizamos las funciones correspondientes a nuestro puesto, por lo que para elegir la más adecuada, deberemos tener en cuenta varios factores.

Existen en el mercado gran variedad de modelos de mesas y escritorios orientados a funcionalidades específicas de cada puesto de trabajo: directivo, técnico, administrativo o atención al público. De ello, dependerá el tamaño y la forma del escritorio. Cada tarea, precisa de unas herramientas y objetos diferentes, es decir, no es lo mismo trabajar con un ordenador portátil que hacerlo con uno de sobremesa, o con uno enfocado a temas de diseño, para lo cual necesitaremos una pantalla mas grande e incluso dos o más pantallas, una tableta gráfica (además del ratón) y por ende una mesa más grande. De igual manera, deberemos tener en cuenta si en la mesa, se atiende al público o no.

En este sentido el tamaño debe ser el mínimo para trabajar con el suficiente espacio, sin tener nuestros útiles amontonados, pero sí a mano,  y resultar cómodo, evitando tenerlos alejados y hacer que debamos incorporarnos para llegar a ellos.

En cuanto a la forma, todo dependerá de si la mesa es para uso es individual o no. Para este caso, las más habituales son las  que presentan un ala o tienen forma de «L», mientras que para puestos continuos, es preferible utilizar mesas largas y rectas, con separadores frontales y/o laterales.

La ergonomía es otra característica fundamental que nos ayudará a evitar problemas posturales y movimientos inadecuados, por lo que todo escritorio de oficina debe cumplir con unas medidas adecuadas en anchura, altura y profundidad.  De forma habitual, las dimensiones de un mesa de oficina estándar, de tamaño medio, suelen medir entre 120-140 cm, y están orientadas a tareas de ordenador. En el caso de precisar más espacio, las medidas normalizadas son entre 180-200 cm, generalmente con ala lateral para dar cabida a aparatos o carpetas de documentación. En cuanto a la profundidad, el mínimo para trabajar con cierta comodidad es 70, siendo la medida más adecuada entre 80-90 cm. Por último, la altura mínima de la mesa, para situarse delante de la misma sentado, será de un mínimo de 71 cm, existiendo hoy en el mercado, mesas regulables en altura con un rango de 71- 79 cm y otras opciones que permiten trabajar de pie.

Otro aspecto que debemos tener en cuenta a la hora de elegir nuestro escritorio es la necesidad de organización y almacenamiento. Si esta no es mucha, siempre podemos elegir una mesa más grande. En caso contrario precisaremos de una cajonera, armario o estantería.

En cuanto a los materiales, existen multitud de posibilidades: acero, cristal, madera, melamina, etc., y colores; todo dependerá del presupuesto disponible y del estilo y estética que se desee conseguir. En cualquier caso, existen dos aspectos esenciales con respecto a este tema que hay que tener en cuenta:

  1. La superficie de la mesa debe ser mate y no brillante para evitar reflejos incómodos.
  2. La superficie no debe transmitir ni frio ni calor.

Por último, para elegir un escritorio debemos pensar en el bienestar. Por ello, debemos invertir en calidad, que se traducirá en durabilidad y sobre todo en rendimiento, productividad y salud laboral.