La escena de la película «El apartamento» (Jack Lemmon, 1960), en la que aparece una oficina repleta de largas filas de escritorios con gente trabajando a pleno rendimiento, es un excelente ejemplo de cómo han cambiado las oficinas.

La oficina actual, se aleja mucho de la de esta escena del siglo pasado, y su diseño ha evolucionado, funcionalmente acorde a las nuevas necesidades y nuevas formas de trabajar, estéticamente, acorde a los tiempos y modas, y sobre todo, ha evolucionado introduciendo la tendencia cada vez más valorada que persigue la salud y bienestar en el trabajo. Como resultado de este cambio, la oficina ya no es un lugar cerrado en su interior y muchos menos en su exterior.

Y es que, aunque ya se estaba introduciendo esta tendencia, ahora, la oficina se traslada a las zonas de exterior, principalmente por dos razones. La primera es que ahora podemos trabajar desde cualquier sitio, gracias a la posibilidad de poder conectarnos a internet con diferentes dispositivos allá donde estemos. La segunda es que, a raíz de la pandemia y el confinamiento, ha crecido la necesidad de disfrutar del aire libre y de los espacios abiertos que, si bien es una demanda que comenzó en las viviendas, ésta, se ha trasladado también a los espacios de trabajo.

De esta forma, se ha visto en las zonas de exterior de los lugares de trabajo como patios, terrazas, azoteas y jardines, la oportunidad de «mover» la oficina a estos espacios únicos, con la misma eficiencia y productividad, pero aumentando el bienestar y la salud laboral. ¿Quién no querría trabajar, reunirse, comer, o relajarse un rato rodeado de plantas naturales, al aire libre o disfrutando de una buena vista?

Conscientes de sus múltiples beneficios, muchas empresas han optado por adecuar estos espacios como áreas multifuncionales, que sirvan de igual forma tanto para eventos formales como informales, pero con la misma funcionalidad y eficiencia que en el interior.

En este sentido, un buen proyecto y diseño de paisajismo integral es fundamental para aprovechar al máximo su distribución, acorde con la cantidad de funciones que le queremos asignar. Por ello, es importante planificar estos espacios, para lo cual, hacemos algunas consideraciones:

  • Estos espacios pueden ser utilizados a lo largo de todo el año. Para ello, se pueden instalar mamparas de cristal o tabiques móviles, que dejen pasar la luz natural y que puedan abrirse o cerrarse en función de la climatología y de las necesidades de cada momento.
  • Seleccionar un mobiliario específico, fabricado con materiales resistentes que aguanten las inclemencias del tiempo y los cambios de temperatura, a la vez que se ajusten con la línea estética de la empresa. Es aconsejable no sobrecargar estéticamente estos espacios, disponiendo sólo de lo necesario para evitar distracciones.
  • Distribuir bien el espacio en función de las necesidades de cada cliente: zonas de reunión, de descanso, comedor exterior, etc.
  • Integrar jardinería, con plantas y maceteros de diversas formas y tamaños de forma que puedan servir para separar espacios destinados al descanso o la concentración, aislarlos de otras zonas más concurridas y puedan dar ese toque “verde” natural que se pretende.

Con todo ello, se conseguirá un espacio de trabajo abierto, flexible, bien iluminado y saludable. En definitiva, un espacio para disfrutar.