La semana pasada, dentro de esta sección de nuestro blog, hablábamos de que la Organización Mundial de la Salud había reconocido el Síndrome del Trabajador Quemado como enfermedad laboral y cómo, una de las consecuencias más relevantes entre otras, era la falta de motivación del trabajador. Y mientras que la semana pasada hablábamos de lo que puede hacer el trabajador para motivarse personalmente en el trabajo, esta semana, hablaremos de lo que puede hacer la empresa por ellos.

Hasta hace poco tiempo, la motivación estaba relacionada con un buen salario; hoy en día,  otra serie de factores son más importante que el dinero, como sentirse valorado o un buen ambiente de trabajo. Teniendo esto en cuenta, son varias las pautas que podemos poner en funcionamiento para mantener una buena motivación:

Una de las principales causas del Síndrome del Trabajador Quemado, es el estrés ocasionado por una sobrecarga laboral derivada de falta de personal, lo que conlleva tareas extras que a veces no competen al trabajador. Este tipo de situaciones generan una disminución en el rendimiento, por lo que deben evitarse en la medida de lo posible. En este sentido, desde hace tiempo, se ha visto el beneficio de proporcionar en los lugares de trabajo espacios de descanso o relajación en los que el trabajador pueda desconectar en solitario o no, si así lo desea. 

La buena relación entre los trabajadores es fundamental para que el ambiente de trabajo sea agradable; organizar actividades de ocio que permita a los empleados desconectar del trabajo en un determinado momento de la jornada laboral o fuera de ésta, crea vínculos que favorecerán las buenas relaciones entre ellos, y por ende, un buen trabajo en equipo posterior que, facilitará las sinergias y mejorará la productividad.
De igual forma, la llegada de un nuevo trabajador se verá favorecida si es presentado al resto de sus compañeros, de forma que pueda integrarse rápidamente en el buen ambiente laboral.

Paralelo al buen ambiente laboral, la adecuación de los espacios que ocupen los trabajadores es primordial. Un espacio bien diseñado, con buena iluminación y climatización y un mobiliario ergonómico que evite malas posturas, en definitiva, un lugar cómodo y agradable para trabajar, hará que el trabajador se sienta más motivado.

Por último, pero no por ello menos importante, la valoración, confianza y posibilidad de aumentar los logros profesionales de cada trabajador dentro de la empresa, son alicientes que harán mantener un buen nivel de motivación.