La evolución de los lugares de trabajo no puede entenderse sin la evolución de la tecnología, a raíz de la cual, han surgido nuevas formas de organización del trabajo, nuevas formas de trabajar y nuevos conceptos en el diseño de oficina. La expansión de las nuevas tecnologías trajo como consecuencia un nuevo modelo de oficina, orientado a crear sinergias generadas por la colaboración y el trabajo en equipo. En este sentido las oficinas empezaron a tener espacios para tomar café,  reunirse y charlar informalmente, dando lugar a lo que hoy conocemos como la oficina abierta.

Paralelamente, a este nuevo diseño de los lugares de trabajo, también surge una nueva organización o una nueva forma de trabajar. Las nuevas tecnologías permiten al trabajador hacerlo no ya desde su escritorio sino desde cualquier lugar de la oficina. Ahora el lugar de trabajo se adapta a las necesidades laborales que el trabajador precisa en cada momento de la jornada laboral.

A medida que las empresas crecían, estas vieron la oportunidad de que sus empleados pasarán más tiempo trabajando ofreciéndoles un fácil acceso a los servicios para su uso personal. Así, aplicando el concepto de ciudad a la empresa, de forma que la segunda tuviera casi los mismos servicios que la primera, el trabajador no tenía la necesidad de salir a lo largo de su jornada laboral para realizar cualquier gestión personal. Este hecho provocó las quejas de los comercios minoristas  que vieron reducida su demanda hasta tal punto, que provocó que por ejemplo en San Francisco, se prohibiera a las empresas tener zonas para café. Por otra parte, y muy relacionado con este tema las empresas empezaron a buscar localizaciones urbanas con acceso a todos los servicios, adaptándolas al gusto de sus empleados, quienes preferían que el lugar de trabajo estuviera cerca de sus viviendas.

Pero sin duda el gran beneficio de las nuevas tecnologías ha sido su capacidad para poder trabajar de forma remota ya sea desde nuestro domicilio o desde la misma oficina. El espacio laboral se diseña ahora en función de las necesidades de cada empleado, reunirse o aislarse, creando entornos con diferentes opciones. Un diseño inteligente permitirá que el espacio resista los avances de la tecnología, diseñando unos espacios fijos que no cambiarán y, otros más flexibles que lo harán tantas veces como sea necesario y, siempre teniendo en cuenta que el lugar de trabajo debe ser confortable. 

Por otra parte, es posible un diseño  especializado que, ayudado por medio de sensores, gestionen los recursos de agua, luz y climatización en función de la utilización del espacio. Ahora más que nunca el Internet de las Cosas está en nuestras vidas, ya sea de forma remota o con asistentes de voz. Y es que, a medida que las nuevas tecnologías se vayan implantando tanto en nuestra vida profesional como personal, serán más manejables y accesibles, para hacer la vida más fácil para quiénes están diseñadas: todos nosotros.

Te dejamos aquí el enlace a la noticia:
https://workdesign.com/2019/06/the-evolution-of-the-tech-workplace/