Independientemente de los gustos que tengamos, es indudable que siempre trabajaremos mejor y estaremos más a gusto en una oficina cuya decoración y estética nos resulte más agradable. No en vano, pasamos la mayor parte del día en la oficina, por lo que, la decoración y estilo del mobiliario de nuestro espacio de trabajo, sí importa. Y es que, elegir el estilo adecuado es fundamental. No sólo porque a través de él se proyecta la imagen que queremos transmitir al exterior, sino también, porque mejorará la identidad corporativa en el interior de la empresa.

Pero, sea cual sea el estilo que elijamos para nuestra oficina, siempre hemos de tener como punto de partida la funcionalidad y la ergonomía. Después, ya se puede elegir el estilo que más se ajuste o identifique con los valores, filosofía y gustos de cada empresa.
Hoy en día existen multitud de estilos y tendencias, todos muy diferentes de unos a otros. De todos ellos, destacamos los siguientes:

  • Estilo clásico. Caracterizado por su sencillez y formalismo, es elegido por aquellas empresas que quieren infundir seriedad, experiencia y tradición. Utilizan mobiliario de madera de gran calidad como el roble o el nogal, preferiblemente en tonos oscuros. Para las paredes, se emplean tonos oscuros y ocres, en este último caso también en el tapizado del mobiliario. El estilo clásico busca la armonía y el cuidado en todos los elementos decorativos que le acompañan, sin ser recargado, para reflejar elegancia y sofisticación.
  • Estilo industrial. Con una estética «urbana» muy especial, este estilo se caracteriza por los espacios diáfanos y la utilización de materiales vistos en paredes y suelos como el ladrillo, cemento, estructuras de hierro, acero, madera etc. Predomina el color blanco fundamentalmente acompañado de grises, ocres y marrones.
  • Estilo minimalista. Sobriedad y simplicidad define este estilo. La utilización del blanco como color básico destaca ante los ligeros contrastes en negro o colores fuertes en el mobiliario, que se caracteriza por la línea recta y la funcionalidad. Minimiza al máximo los accesorios, estando solamente los imprescindibles que deben ser acordes con el diseño.
  • Estilo coworking. Este estilo se caracteriza por su ambiente cálido y confortable en un espacio en el que trabajan personas de diferentes profesiones y objetivos diversos. Pese a su estilo libre en mobiliario y colores, se caracteriza por presentar espacios abiertos, totalmente diáfanos, sin despachos, cuya finalidad es trabajar en equipo y promover la interrelación con otros profesionales, de forma que se pueda compartir el espacio y tener a la vez un espacio personal si así se desea.
  • Estilo vintage. Este estilo combina tendencias antiguas con actuales, utilizando muebles de madera o mimbre antiguos, más o menos recargados, restaurados. Por el tipo de mobiliario y el uso especial de los colores y materiales, tonos pastel y estampados, es el estilo más arriesgado pero el que sin duda transmite una personalidad definida.

Todos ellos, en mayor o menor medida, tienen en común que tienden a la sostenibilidad, a la disminución de la huella de carbono y al respeto por el medioambiente. ¿Cuál es el tuyo?